Conoce a Anna Bishop, voluntaria en Tailandia
Meet a volunteer
Anna Bishop es oriunda de Mississippi, EE. UU., y le encanta viajar y hacer voluntariado. Es enfermera de profesión y ha colaborado en diferentes proyectos en EE. UU. Anna participó como voluntaria en el proyecto de voluntariado Elephant Camp en las afueras de Chiang Mai, en el norte de Tailandia, en octubre de 2012. En su entrevista, Anna nos cuenta por qué eligió trabajar como voluntaria con Volunteering Solutions, sus actividades diarias como voluntaria y sus consejos para futuros voluntarios.
¿Por qué decidió trabajar como voluntario con Volunteering Solutions en Tailandia?
Recuerdo que estaba sentada en mi cama buscando viajes para hacer. Tenía muchas ganas de escaparme, ayudar a algo o a alguien y pasar un buen rato mientras lo hacía. Un clic llevó a otro y, antes de darme cuenta, había encontrado Elephant Camp en Tailandia a través de Volunteering Solutions. Estaba completamente fascinada con la idea y estaba decidida a trabajar allí como voluntaria. Trabajar con elefantes grandes, fuertes y saludables me atraía mucho porque es completamente diferente a lo que hago día tras día como enfermera de cuidados intensivos pediátricos. Para mí, este viaje fue un retiro para renovarme y rejuvenecerme, y así fue.
Describe tus actividades diarias como voluntario.
Todos los días nos levantábamos a las 5:45, caminábamos hasta el establo de nuestro elefante, lo barríamos y luego lo montábamos hasta el río para su baño matutino. ¡No hay mejor manera de comenzar el día! Después del baño, desayunábamos y luego comenzábamos con nuestras tareas diarias, que incluyen cualquiera de las siguientes: preparar/empacar las vitaminas de los elefantes, ayudar con los espectáculos de elefantes, vender las pinturas de los elefantes a los turistas o ayudar a las mujeres en la cocina. Después del almuerzo, teníamos un tiempo libre para pasar el rato con otros voluntarios o con nuestros propios elefantes y entablar vínculos con ellos. Por la noche, bañábamos a nuestros elefantes en el río nuevamente y tomábamos un último baño justo antes de que terminara el día. La cena seguía al baño de la noche, ¡y dormir profundamente todas las noches nunca fue un problema! Los fines de semana volvíamos a la ciudad para quedarnos en la casa de voluntarios, donde puedes conocer a personas aún más increíbles que están haciendo voluntariado en otros proyectos. Tienes libertad para viajar/explorar la ciudad antes de regresar al campamento el lunes por la mañana.
¿Qué hizo que esta experiencia de voluntariado fuera única y especial?
Esta experiencia de voluntariado es diferente a cualquier otra que hayas tenido antes, porque no puedo pensar en otro lugar en el que puedas realmente establecer un vínculo con un animal tan asombroso y enorme. No elegí este proyecto porque esté obsesionada con los elefantes ni nada por el estilo, pero después de regresar, les tengo un gran aprecio a ellos y a sus cuidadores. Estos animales son muy cariñosos e inteligentes. Una de mis partes favoritas de esta experiencia fue poder hacerlo con personas que no conocía de antemano. Éramos 7. Todos de diferentes países, diferentes orígenes, diferentes creencias, pero teníamos/tenemos un hilo común: compartimos este viaje de nuestra vida juntos, y siempre estaremos conectados de esa manera.
¿Cómo te ha ayudado esta experiencia a crecer personal y profesionalmente?
Como dije antes, me encantó experimentar esto con personas que no conocía de antemano. Una de las razones principales por las que me encantó fue lo mucho que aprendí sobre mí misma a través de ellas. Salir por completo de tu zona de confort y rodearte de personas completamente desconocidas realmente te obliga a mirarte al espejo. Vi cosas de las que estaba orgullosa y también vi cosas que no me gustaban y en las que tenía que mejorar. Fue más que una experiencia de crecimiento: todos deberían desarrollar su independencia; es algo saludable.
¿Algún consejo para los voluntarios que quieran venir a Tailandia?
Te aconsejo que te inscribas lo antes posible. No esperes más. Tailandia es un país muy seguro, la gente es muy alegre y amigable, la comida es increíble, el paisaje es hermoso y el costo es bajo. Te enseñarán lo que necesitas saber sobre el idioma, algo que nunca fue un problema para mí. También te aconsejo que empaques menos equipaje del que crees que deberías. Yo traje demasiado conmigo. Sé flexible, tranquilo y dispuesto a conocer gente increíble. Volverás a tu país diferente a como lo dejaste.
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